lunes, 15 de noviembre de 2010

Capítulo II

“SEGUNDO EPISODIO”
 
El fútbol históricamente fue utilizado por gobiernos autoritarios y en especial por las dictaduras para “asear” su imagen, jamás la AFA se hizo una autocrítica. El periodista Ezequiel Fernández  Moores comentó que en una charla con la Sra. Hebe de Bonafini le manifestó que en el 2003 el plantel campeón festejaba en el estadio de River un cuarto de siglo de la conquista del año ’78. Las Abuelas de Plaza de Mayo solicitaron participar del recuerdo exhibiendo un cartel que pidiera por los más de 300 niños nacidos en cautiverio y que aún hoy siguen con su identidad adulterada. Julio Villa que luego del ’78 se fue a jugar a Inglaterra llevó al plantel la solicitud de las Abuelas. Los demás jugadores incluido su entrenador César Menotti dijeron que no. Temieron que ese gesto hubiese podido ser interpretado como un pedido de disculpas. El ex jugador y hoy periodista  Daniel Bertoni dijo “¿disculpas de qué? Si yo tiré paredes con Luque, no con Videla. Si el que atajó penales fue Filliol, no Massera. Otra, en el mes de febrero, durante una recepción en el Alvear Palace Hotel por el mundial que se jugó este año en Alemania asistió el ex jugador, D.T. y hoy poderoso dirigente Franz Beckenbauer. Se presentó un video de donde se recordaba la historia de los mundiales y cuando llegó en el Argentina ’78 la omisión fue patética. “un mundial lleno de alegría y colores” relató la voz en off. Lo peor es que en Alemania, a diferencia de la Argentina, había ya en 1978 más información  sobre las desapariciones y asesinatos de la dictadura. El jugador Paúl Breitner pidió incluso a sus ex compañeros de la selección que no les dieran “la mano a los generales” argentinos. Pero el plantel se negó a hablar de  política y grabó una canción titulada Buenos días Argentina, hoy te vuelvo a encontrar. La Federación Alemana de Fútbol elogió a la dictadura y, en pleno mundial ’78 abrió las puertas de su concentración al aviador nazi Hans Rudel, que estaba refugiado en Córdoba. Poderosas empresas alemanas hicieron buenos negocios con las obras del mundial, un torneo que aún hoy es resaltado por los alemanes por su “alegría” y sus “colores”. Casi treinta años después.
También organizaciones humanitarias de Holanda buscaron en el ’78 alguna reacción. Pero Holanda fue en esos tiempos el segundo socio inversor de la dictadura. Holandesas eran las armas Signaal y los aviones Fokker que utilizó la dictadura para matar y arrojar personas al Río de la Plata. Como holandesa fue la banca que mayores créditos concedió a la dictadura. Tampoco sus jugadores se comportaron  bien. Uno de ellos, Wim van Hanegem, dijo que entregaría a su perro un informe sobre las violaciones a los derechos humanos en la argentina. Y ya en pleno Mundial, la selección sueca se negó a reclamar por el asesinato de Dagmar Hagelin. El deporte, se sabe, tiene una formidable capacidad de negación. El Comité Olímpico Argentino (COA) mantuvo hasta el año pasado como residente al Coronel Antonio Rodríguez, puesto en tiempos de la dictadura. Su reemplazante es ahora Julio Cassanello, que fue intendente de Quilmas en los años de plomo.
Osvaldo Ardiles, otro crack del ’78 manifestó “muchas veces me pregunté como reaccionaría un torturador al escuchar nuestros goles. Por un lado pensé que tal vez la alegría del gol ablandaba algo su tortura. Pero a su vez ese gol le daba más aire  a la dictadura y a ese torturador para seguir torturando”. Los goles del mundial ’78 taparon los gritos de los torturados, esos mismos goles se escuchaban también en la ESMA que estaba a 700 metros del estadio de River. Algunos presos los gritaron con grilletes y capuchas, un alivio en medio del horror. Adolfo Pérez Esquivel –Premio Nóbel de la Paz- también compartió gritos de gol en su prisión en la Unidad Penal Nº. 9 de La Plata. El fútbol pretende hoy exhibir más sensibilidad. La FIFA, que en 1978 ni se inmutó por los desaparecidos argentinos pidió en el mundial del 2002 a Corea del Sur que cesara su tradición de matar perros para comerlos, es la misma entidad que hoy condena el rasismo y la aparición de símbolos nazis en los estadios de Italia.
La democracia nada le dice a Silvio Berlusconi, Mauricio Macri, y a muchos otros que construyeron sus carreras políticas dentro de los estadios. El movimiento olímpico no se inmutó cuando en los juegos de Berlín 36 atletas saludaron a Hitler desde el podio con su brazo erguido. Pero sí lo hizo cuando dos deportistas norteamericanos saludaron en los juegos de México 68 con el puño cerrado del Black Power. Esos atletas fueron expulsados de por vida. Mar de Plata no es la excepción  aún hoy hay dirigentes de alto rango en sus entidades que antes del 10 de diciembre de 1983 eran colaboracionistas de los organismos del terrorismo de estado  uno  de ellos era presidente de la Cooperadora de la Seccional 3ra de policía desde donde se trasladaban a luchadores sociales, trabajadores, estudiantes hasta el Esim (Faro Punta. Mogotes)  y de donde salían los vuelos de a muerte arrojando a las aguas del Atlántico a los torturados algunos eran cadáveres y otros aún vivos. Dichos personajes aún hoy caminan las calles de la ciudad  siendo poderosos empresarios. Antes del mundial ’78 se pre-estrenó el estadio hoy llamado Minella y se disputó un partido amistoso entre los seleccionados de Mar del Plata y Tandil donde se vendieron 40.873 entradas, estadio que cuenta con una capacidad de 42.373 espectadores (diario El Atlántico 18 de Febrero de 1987). En el palco de honor estaban sentados integrantes de las fuerzas armadas y dirigentes de la Liga Marplatense de Fútbol.

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